Espectacular y emotivo texto de Saturnino

Aquí os dejo el enlace al texto de Saturnino.

Su visión de 'A Santiago Contra el Cáncer 2015'.

Sencillamente, genial.

Compartiendo el Camino; compartiendo la vida

Otro año más y ya van cinco. Todos iguales y a la vez distintos. Éste, muy especial. Otro año compartiendo emociones, ampliando la familia, riendo juntos, sudando bajo el fuego abrasador del sol de junio, deslizándonos sobre las piedras ennegrecidas por millones de pisadas, soñando con un imposible, corriendo por los que sufren, llorando a los que ya no están… Otro año aprendiendo a vivir.

El Camino es la vida. En el Camino todo tiene otra dimensión. En el Camino la solidaridad es más sincera, la soledad más llevadera, las penas siempre son compartidas y la alegría es contagiosa.

Al Camino salimos, otra vez, para vencer a ese enemigo invisible que se ha llevado tantas ilusiones, que no ha dejado ver crecer a hijos ni envejecer a padres, que ha obligado a años de sufrimientos soñando con un final feliz que no siempre fue el premio alcanzado, que demasiadas veces ha obligado a cambiar el tiempo futuro por el presente, o ha condenado a vivir mirando al pasado para recordar un tiempo más feliz.

Al Camino salimos cada año sabiendo que la lucha contra el cáncer es una guerra larga llena de cruentas batallas y que sólo se puede vencer desde la unión que nunca es tan fuerte como en el Camino.

Al Camino nos lanzamos seguros de que nada hay más fuerte que la fe en lo que cada uno crea y las ganas de vivir.

Al Camino vamos llenos de ilusión y regresamos repletos de energía. Al Camino hemos prometido volver cada año para comprobar que hay mucha gente buena; que las cosas cuando salen del corazón siempre encuentran respuesta; para gritar, sin tener que levantar la voz, que no está permitido rendirse; y para poner un pie delante del otro mirando siempre al frente porque nadie encontró la meta echando la vista atrás.

Al Camino hemos ido, vamos y volveremos seguros de que nuestro esfuerzo es importante, y que aunque sólo sea un pequeño grano en el montón infinito de arena que se necesita para enterrar para siempre la enfermedad, lo vamos a echar hasta que la guerra esté ganada.

El Camino es la vida y no hay camino, por largo que sea, que no tenga un final. No queremos otro final para este camino de la vida que no sea la victoria. Lo gritamos mil veces durante el Camino: ‘Hasta la victoria, siempre’. Y lo volveremos a gritar tantas veces como sea necesario. Desde León, desde Saint Jean, desde Tánger o París. Desde donde sea, pero siempre juntos. Compartiendo sudores, sonrisas y lágrimas. Compartiendo el Camino. Compartiendo la vida.

(Salva Silva, in memoriam)